Friday, February 26, 2010

Neptuniana (S)
(Júpiter siempre fue excesivo y Neptuno puede hundir el Titanicda como resultadoesto:)
nos lluevenos diluvianos moja las manos, las hojas, las baldosas, las mariposasnos llueve el inconsciente, el sueño, la madrugada, la Lunanos llueven los miedos, las fobias, el terror, los recuerdosnos llueven los imposibles, la represión, la liberaciónnos llueven las familias, los antepasados, las vidas pasadasnos llueven los encierros, nos gotean las aperturasnos inunda la Casa 12 nos graniza la 8 nos chispea la 4nos caen del cielo
los besos los excesos los orgasmos los intentoslos acercamientos los rodeos la lujuriael fuego los silencios las sonrisaslos anhelos el deseo el ardor la humedadla vez que me viste y no me diste la manola vez que me pediste un beso y te lo diel no se qué de la compañíalas noches con amigaslo regresivolo presentela vida de siempre(Nuestras noches no duermen: respiran abajo del agua)

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VIII

Pero no, Neptuniana, hoy hay sol. Hay sol. Hay sol.
VII

Hoy llueve tanto que quisiera quererte toda la noche.
VI

Del sueño, ni de tantas madrugadas despiertas, llenas de alegría y de no tanta alegría. Pero más de alegría, de inconciencia y sobre todo de mar. Sí, de amarse.
V

Estuviste marcada por la histeria como yo estuve marcada por el mismo síntoma. Un encuentro histérico, una paciente histérica, una amiga histérica, una pareja histérica. Ellas bailan a tu alrededor y yo me animo a soltarte la mano para que descubras que en realidad no se puede descubrir el secreto de lo femenino.
Y gracias a Anna O. y a su amor conversivo Freud inventó el psicoanálisis. Pero a la madre nadie la rescató.
IV

Ahí parada mientras yo revoloteaba por toda la fiesta con la cerveza en la mano. Mientras hacía un tren con cada chica soltera –digo fiestera… digo soltera- que encontraba. Mientras bailaba como una loca. Mientras no me importaba que mi amiga me persiguiera preguntándome si me gustaba tal o cual. Mientras.
Vos te preguntabas si esos celos incipientes eran reales o inventados y si era suficiente invitarme un New Age. Te preguntabas si te atraían las mujeres… las mujeres pendejas… las mujeres pendejas que viven cerca de la casa… las mujeres pendejas que viven cerca de la casa y son astrólogas… las mujeres pendejas que viven cerca de la casa y son astrólogas y además te gustan más que todas las otras pendejas que bailan a tu alrededor.
III

Esa noche, cuando todavía no nos habíamos ni siquiera dado la mano, vos tenías puestas esas dichosas bermudas rosas (a cuadros) y yo ni me acuerdo lo que tenía puesto porque era toda confusión, mareo e insomnio. Confusión de de no saber si mirar hacia delante, hacia atrás o para los costados.
Estabas en la parrilla, con Laura hablábamos de libros, de cartas natales y de con quién compartiríamos una casa tan linda como la tuya. Vos te pusiste colorada y te fuiste a cortar la lechuga adentro. Yo me comí la lechuga y la milanesa de soja.
Cuando nos sentamos en las reposeras del patio miré para el costado. Vos y tu bermuda seguían ahí.

II

…¡Pero tan caro tenemos que pagar que nos enca… que nos encantamos! Vos, pendeja, solucioname las cosas porque yo así, no sigo, escuchaste. Ahora, en lugar de atajar pelotas tengo que atajar miradas de mujeres, patadas voladoras y risitas, todo por culpa tuya y de tu histeria futbolística, y todo porque… VOS. (¡Y quién me manda a mi!)Y yo, que pensé que nunca más me iba a meter en estos líos, pero ya voy aprendiendo cómo son las mujeres… ya voy aprendiendo…

Cuando colgué el teléfono, un poco me diste risa (era la primera vez que te escuchaba por teléfono) y pensé: que voz más histérica para acusarme de histeria pone esta chica que juega al futbol con pantalones rosas (a cuadros).

I

Y no solo que me dormí sino que previo a dormirme apagué el celular a propósito para que no pudieras encontrarme en ningún lugar del planeta. (Aunque me habías traído hasta mi casa, amanecido hacía rato, ya entonces sabías dónde vivía, y podías, naturalmente, encontrarme si querías.) Entonces nos dimos cuenta de que estábamos cerca una de la otra, aun así, yo hice una defensa fóbica espectacular: primero, te dije “llevame a mi casa” –en un instante inoportuno, tan inoportuno que lo reviviste meses enteros- y después, apagué el celular. Lo apagué para no escuchar nunca, nunca más, tu dulce voz que me decía…

Tuesday, February 23, 2010

Escorpiana

(Con los ojos no te leo)

La mirada escorpiana no ve ni cuenta que un día la vieron.
Está cegada.
Pero algún día verá que el dios que duerme detrás de mis ojos
es el mismo que reza
en los suyos. Es Vulcano.
Entonces le contaré mi secreto:
Que un día cualquiera entró en Capricornio.
Que hizo estallar la Luna.
Y yo la soñé
estallada en mil pedazos.

Limpia la Luna se acabó el dolor.
No hay más dolor en esta canción de noche ni en la mirada escorpiana.
El triunfo es de los dueños del fuego de Athanor.
Entonces brindemos.

Monday, February 01, 2010

sos tan humana que te escribo
con palabras de este mundo
y sos tan cósmica que te leo
en aspectos, orbes y constelaciones
en casas y ascendentes
en progresiones primarias y secundarias
en revoluciones solares y lunares
en nodos y estrellas fijas
en transitos
y en movimiento
tensa
y relajada
atemporal

por dibujarte toda
extiendo sobre esta mesa
mis crayones rojos y azules
para marcarte entera en el espacio de este círculo
y definir tus límites
como si fueras un cuerpo
y dibujarte el alma
como si fueras un cuerpo
que habita en el mundo y duerme
al lado mío cuando llueve y cuando no llueve
también

como si fueras la misma
que un día me abrió su casa y me trajo su alma
doblada en un papel
aquella noche en la que vi tu Stellium
tu Casa 7 y tu Venus
y que no estabamos tan lejos
(tan solo doce cuadras, doce años y un medio cielo)